El mundo de la vitrofusión
El vidrio existe en la naturaleza desde que se cimentó la corteza terrestre. La roca vítrea por excelencia y la más usada por el hombre prehistórico es la obsidiana. Fue empleada desde unos 8.000 años A.C. tanto para fabricar objetos ornamentales como utilitarios. Los hallazgos más importantes de los mismos datan de Oriente, Asia, Italia y Grecia. Desde el punto de vista de la física el vidrio es una sustancia líquida fundida y solidificada. La naturaleza presenta diversas vitrificaciones como el ágata, el jaspe y el cristal de roca que es una variedad del cuarzo cristalino.
La materia prima fundamental para la elaboración del vidrio es la sílice, presente en la arena o en el cuarzo, a la cual se agregan diferentes proporciones de carbonato de sodio y carbonato de calcio. La sílice rara vez se encuentra en estado puro, ya que lo más común es que aparezca combinada con otras sustancias que son útiles para la cristalización, como los sulfatos de hierro y de cobre y los óxidos de plomo.
Según Plinio el uso del vidrio dentro de la decoración proviene de los fenicios pero fue Siria quien los difundió a través de sus navegantes. Los objetos más antiguos hechos en pasta de vidrio provienen de Egipto. En el último tercio del siglo XX se presenta como una fase novedosa de las artes plásticas, al ser usado para expresarse por muchos artistas plásticos.
La vitrofusión es un término genérico para designar numerosas técnicas donde se utiliza el horno para fundir dos o más vidrios con el fin de confeccionar una pieza. Los objetos que se pueden hacer son infinitos. Se puede lograr dar múltiples colores al vidrio, realizar inclusiones de diversos materiales como por ejemplo mostacillas, generar texturas y relieves creando objetos de diferentes formas y tamaños, logrando de esa manera diseños originales.
El principal elemento para llevar a cabo la vitrofusión es pues el vidrio, al cual se le debe prestar adecuada atención, evitando así quebraduras al sacarlo del horno, etc. Hay que tener en cuenta ante todo que existe una gran cantidad de vidrios, que se comportan de manera diferente en el horno. Así pues no puede dejarse de atender que el vidrio base y el que está destinado a decorar la pieza deben ser compatibles para que no se produzcan roturas.
La coincidencia que mencionamos significa que todos los vidrios que se utilicen en la realización de un objeto deben tener el mismo coeficiente de dilatación para evitar tensiones. Para evitarlo se recomienda que los vidrios a utilizar correspondan a una misma lámina; es decir sean partes de una única plancha de vidrio.
Las tenciones también pueden producirse por mal enfriamiento de la pieza. El resultado va a ser siempre el mismo: su rotura.
Otro elemento indispensable es un horno especial, pues si bien pueden usarse los que se utilizan para cerámica no es lo más recomendable.
A continuación les presento diversas obras realizadas por mí en esta técnica: